Reportaje sobre el Edificio de Policia y Bomberos de Bilbao. Ayuntamiento de Bilbao

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Reportaje de Estadio San Mamés. Ayuntamiento de Bilbao

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Reportaje EUTI UPV/EHU. Ayuntamiento de Bilbao


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Proceso de construcción de OKE Ortuella

Ortuella, en Bizcaya, está en un proceso de renovación socio-económica, creando nuevos polos de atención turística y social. Esta casa de la cultura y biblioteca se establece en pleno centro de la ciudad generando un espació vertebrador de la actividad cultural futura.

El edificio surge de una base de hormigón, que alberga un aparcamiento bajo la plaza, pero las escaleras, muros y rampas, no se utilizan aquí para distanciar, antes bien, representan la articulación del mismo suelo. Las grandes escalinatas nos aproximan a la tierra y aumentan la sensación de pertenecer al lugar*. Esta contextualización geográfica del edificio refuerza su importancia en la presente renovación de la ciudad.


Como concepto el edificio explota tres variantes de una solución constructiva. El soporte, ala vez que el aislamiento acústico, do facilitan los muros portantes de hormigón (e=20 cm.) encofrados con tablilla de pino sin cepillar, con sus oberturas resueltas mediante encofrados perdidos en acero corten. Una capa intermedia de aislamiento térmico o muro cortina resuelve la estanqueidad y el aislamiento térmico. Mientras la envolvente final, tanto de fachadas como cubiertas, se soluciona en corten semitransparente, con chapa expandida en fachadas norte-sur y cubierta, y bandejas de chapa perforada en las fachadas este-oeste.


La utilización del mismo material con diferentes tratamientos, pretende adaptarse a las necesidades con sutiles variaciones  para dar una imagen unitaria al edificio, incluso en el momento que se dejan desnudos algunos muros. Aunque no solo con eso pretende el edificio reforzar la identidad del lugar, sus volúmenes y materiales traen a la memoria el pasado siderúrgico.


Se puede observar la complementariedad de las dos fachadas las diferentes formas de perforación de la chapa materiales 6/7.

Las dobles pieles, los reflejos y las texturas dan al edificio cualidades  de desmaterialización, alejándolo de nostalgias evocadoras y reforzando el discurso arquitectónico.

Artículo de Josep K
Fotografías de Adrià Goula Sardà

Nueva sede del Banco Sabadell con revestimiento de metal expandido IMAR

El pasado 25 de junio de 2012 Construible publicó un artículo sobre la nueva sede del Banco Sabadell con revestimiento de metal expandido desarrollado por Imar. 

Se trata de la transformación de un edificio industrial en un complejo de oficinas sostenible rodeado de jardines y con certificado LEED Oro.
Los arquitectos Jaume y Eugeni Bach, del estudio Bach Arquitectes, han sido los responsables de configurar las nuevas oficinas centrales del Banco Sabadell, que ha obtenido la calificación oro en la Certificación LEED (Leadership in Energy and Environmental Design). Se trata de un edificio diseñado para reducir el impacto ambiental y aumentar el ahorro energético tanto en su fase de construcción como en el futuro uso del edificio.



El edificio tiene aproximadamente 31.600 m2 de superficie construida, y cuenta con seis plantas de oficinas, una planta de servicios comunes de más de 7.000 m2 y dos plantas de aparcamiento.

El proyecto parte de la transformación y ampliación de la nave industrial donde se ubicaban las antiguas oficinas de la empresa, proyectadas por el mismo despacho de arquitectos en 2003,  para concentrar su edificabilidad en un nuevo volumen de oficinas, liberando una gran superficie ajardinada en el centro del solar que se convierte en el punto de entrada a los distintos edificios del Centro de Servicios.





El edificio actual se compone de un bloque de edificio de oficinas longitudinal siguiendo la geometría de la parcela por la autopista B-30 y una nave industrial destinada a albergar los archivos detrás del edificio, conectado a él a través de cuatro pasarelas peatonales elevadas por encima del nivel de acceso en planta baja.
Bajo este espacio verde central se dispone una planta de servicios con conexión directa a los edificios de oficinas, y bajo ésta, dos plantas de aparcamiento unidas al aparcamiento existente. 


A través de esta estrategia, se ha conseguido modificar radicalmente la concepción del espacio, transformando un edificio de una zona industrial en un complejo de oficinas rodeado de jardines.








En el extremo suroeste de la zona ajardinada se ha levantado una pequeña torre, de planta baja más cinco plantas, que aloja las nuevas oficinas de dirección del Banco de Sabadell. La sobrevuela ligeramente por encima del espacio de rampas de acceso a los aparcamientos, haciendo evidente el punto de entrada principal al edificio. El bloque de oficinas se proyecta para sacar el máximo rendimiento a cada planta, mediante un eje central de comunicaciones y una estructura perimetral de pilares de hormigón.


La fachada funciona como una doble piel con una cámara de ventilación; el metal expandido en zig-zag permite que la totalidad del edificio esté siempre protegido de la radiación solar, generando una cámara de aire ventilada naturalmente que permite un mayor rendimiento de las propiedades térmicas del edificio.

A esta cualidad funcional se le suma una cualidad estética, ya que las distintas inclinaciones de la fachada generan unas sombras y unos matices cambiantes según la inclinación de la luz solar, lo que genera que vayan cambiando de aspecto a lo largo del día, aun y ser todas ellas iguales; cuando la luz incide perpendicularmente, la fachada se aprecia como un todo continuo, pero a medida que la luz va incidiendo lateralmente, la fachada se convierte en un juego de lamas verticales de grosores cambiantes al que se sobrepone el orden racional de las ventanas Unicity.

Éstas, a su vez, generan otro juego que añade complejidad a las fachadas a partir de unos marcos de gran profundidad que incluyen unas persianas replegables desde el interior, ayudando a controlar la incidencia solar en el interior de las oficinas y ofreciendo otro tipo de juego cambiante desde el exterior.







La aparente profundidad de las ventanas genera también una sensación de mayor confort desde el interior, al parecer que las fachadas son muy gruesas y sólidas cuando, en realidad, son unos elementos muy delgados para conseguir una mayor superficie en el interior.

El proyecto se completa con la planta de servicios, de 8.000 m2, enterrada justo por debajo del jardín central. Aún al formar parte de la cota bajo rasante, la sensación en ella es, no la de estar en un sótano, sino de estar en una planta baja.

 

Esto se consigue con una serie de estrategias muy estudiadas como conseguir unas salidas al exterior en la cota de la planta, agujerear la planta en un par de puntos estratégicos con unos patios generosos, o generar un doble espacio en la escalera de acceso para abrir las vistas desde la planta enterrada hacia el exterior.






En este proyecto, que tiene carácter emblemático por ser la sede corporativa central del Banc Sabadell, LKS ha realizado las tareas de project y construction management, así como la asistencia técnica para la certificación LEED desde la fase de proyecto. La aportación de LKS al proyecto de Bach Arquitectes incluyó asesoría y revisión de la eficiencia energética del conjunto, con tareas como asesoría para la selección de equipos, modelización energética del conjunto, validación de soluciones de fachada, modelización de alumbrado e iluminación interiores y exteriores y otros. También se incorporó al proyecto un sistema mixto de reutilización de aguas pluviales y aguas grises para riego y consumo de inodoros y urinarios.


Se ha prestado una especial atención a la salubridad de los ocupantes, prescribiendo productos con bajo contenido en compuestos orgánicos volátiles (VOCs) y estableciendo sistemas de control de fuentes potenciales de contaminación en el edificio, así como comprobando el acceso de ocupantes a vistas y luz natural.


La urbanización exterior se diseñó con espacios ajardinados generosos, en los cuales se han prescrito especies autóctonas, y se ha realizado un esfuerzo especial en el tratamiento superficial de zonas exteriores no urbanizadas con soluciones de ajardinamiento y estabilización. También se han prescrito maderas con el sello FSC, de explotación sostenible, puesto que el proyecto incorporaba bastantes acabados con este material.


En el interior el uso de reguladores lumínicos por sistemas de detección de presencia, el uso de sistemas de ahorro de agua como las cisternas de doble descarga o los detectores en todas las griferías, la incorporación de sistemas de climatización de reducido consumo energético, o la instalación de captadores solares para generar agua caliente mediante la radiación solar, entre muchas otras soluciones de proyecto, permiten conseguir que el edificio consuma menos energía de lo que hace un edificio estándar de similares características.


Además, la certificación LEED no sólo incide en los aspectos energéticos del uso del edificio sino también en la fase de construcción. Así pues, la mayoría de los materiales con los que se ha construido el edificio son productos de proximidad, y muchos ellos tienen unos porcentajes de material reciclado muy elevados (como es el caso del acero, el aluminio o los vidrios). Se trata pues de un gran esfuerzo hecho, no únicamente para reducir el coste de mantenimiento del edificio a lo largo del tiempo, sino fruto de unas convicciones de respeto por el medio ambiente y de responsabilidad social tanto por parte de los proyectistas como del Banco de Sabadell.


Artículo: Construible 
Fotógrafo: Wenzel